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EL ABORTO

Sentí mi cuerpo diferente, no se como describirlo, simplemente diferente. Mis pechos me dolían, me irritaba todo lo que me decían y tenía sueño todo el día. 

Le llamé a mis amigas… no sé que me pasa… me siento demasiado rara. Una hora después, una de ellas estaba en mi casa.

“Yo creo que estas embarazada”

¿Cómo? No es posible, no lo he visto en semanas.

“Tienes todos los síntomas, vamos por una prueba de embarazo a la farmacia”

Lo que empezó como una duda, se convirtió en una pesadilla…

– Cómprala tu- le dije – no tengo el coraje para darle la cara a la de la caja.-

Mi amiga me vio con enojo, veía en su cara reprobación, una mezcla de coraje y decepción. Sabia lo que pensaba: esto te lo hubieras ahorrado su hubieras usado condón.

Todavía podía oler su piel, esa piel que me recuerda solo a EL. Esa noche había sido increíble, la verdad no se si fue esa noche o una noche después, solo sé que no tuvimos tiempo de ponernos condón… no, siempre hay tiempo, el tiempo es un pretexto que me inventé.

Entro sin problemas, ¿a quien quiero mentir? Ni el ni yo nos quisimos proteger. A lo mejor fue un deseo inconsciente, no lo se… no hubo tiempo de comprar un condón… no, si hubo… ¿ya dije que siempre hay tiempo? No lo quiero reconocer.

Pero cuando hay tanto amor, tanta pasión… crees que a ti no puede ocurrirte, crees que si pasa será por que Dios lo quiso, que el no hace la cosas sin razón.

He ahí el libre albedrío… a Dios le importa un pepino si te pones condón o no… esa es ya tu decisión.  

Me senté en el baño con la prueba de embarazo entre mis piernas… no quería que saliera una sola gota de pipí. Salió…

¿Cuántas veces oí que la que se embaraza hoy en día es porque quiere? Hueva de conversación, ya se de los métodos anticonceptivos, ya se de las enfermedades, ya se sobre los riesgos… pero ahí estaba EL desnudo… no hubo tiempo, no hubo tiempo de decir que no… si… ya se, siempre hay tiempo, ¿entienden mi contradicción?

Salí del baño con el semblante cambiado. Si la prueba se ponía con dos rayas rosas había embarazo, si salía solo una me había salvado.

Había una raya… lloré de felicidad.

Lloré demasiado pronto. Cinco minutos después vi la prueba de nuevo… había una segunda raya muy tenue pero concreta… no podía creer como había sido tan pendeja.

Tomé el teléfono y me comuniqué con EL, teníamos que tomarnos un café.

Se sentó y por mi tono de voz adivinó que era… supongo que no era la primera.

Lloró, me dijo que haríamos lo que yo quisiera… pero que en su opinión era muy pronto, contaría con el pero que no era el momento, ahí estaba su postura… al final, haríamos lo que yo decidiera.

Me dijo “No hubo tiempo de protegernos ¿te acuerdas?”

¿Protegernos? ¿Somos Harry Potter o que verg…? Siempre hay tiempo, pensé… ya no importa, solo quiero que desaparezca el problema.

Me abrazó pero no lo sentí sincero, creo que EL quería terminar con el tema.

Necesito tiempo de pensarlo, le expliqué…

No hay mucho que pensar, ya lo decidimos… piensa en tu carrera… no es tiempo de tener hijos.

Te amo fueron sus ultimas palabras, te juro vas a contar conmigo, dime cuanto será el monto te lo suplico.

Llegando a mi casa me tumbe en la cama y tocándome la panza le hablé a mi hijo…

A ese pequeño ser que se estaba gestando dentro de mi… tenía mi sangre, mis genes, aunque era nada era todo…

Empecé diciéndole… “No puedo tenerte, no es tiempo…”

Yo y mí chingado tiempo.

¿Si no lo tengo me iré al infierno?

Cambie mi discurso por algo mas honesto: “Bebe, estoy que me cago de miedo”

Lloré dos días enteros hasta que EL me llamó… había llegado la hora de tomar una decisión.

No quiero hacerlo, pero no puedo tenerlo… no quiero tener el remordimiento de conciencia pero no puedo tener un hijo con ese padre y con mi idiotez extrema.

¿Puedo NO tener este problema?

Un hijo no debería ser una tortura así, debería ser motivo de alegría y felicidad.

Si este era el principio de su llegada ¿Cuál sería su final?

Egoístamente elegí que su existencia la iba cuartear… no paraba de llorar.

Por fin podía tener a alguien que me amará de verdad y no tenia los pantalones de amarlo igual.

¿Soy un pedazo de basura? Eso solo Dios lo sabrá… a nadie mas le tocará  juzgar.

Lo último que recuerdo es estar en un hospital con las piernas abiertas, casi no veía de la hinchazón en los ojos. Un anestesiólogo me tomó del brazo y me dijo… no te espantes, solo veras pitufos rojos.

Creo que fue una broma, pero en ese instante derramé unas lágrimas amargas…

¡Ya no quiero… me arrepiento! Fue muy tarde, yo ya estaba en un profundo sueño.

EL padre salió de mi vida después y como huracán causo estragos irreparables cuando se fue…

El segundo, ese tiempo… ese mugroso tiempo preciado que no tuve para ponerme un condón, lo tendré para sanar, pero en lugar de segundo se volverá una eternidad.

Un hombre que pasa por un aborto no lo entiende… ¿una mujer? Bueno… esa es una historia diferente.

Yo… trato de perdonarme todos los días… al final era mi bebe, un pedazo de mi ser…

Y a veces, para calmarme… solo pienso… era un ángel al cual todavía no le tocaba nacer.

 

DEDICADO A TODAS LAS MIMOSAS QUE HAN SIDO FUERTES, DEBILES… PERO SOBRE TODO GRANDES MUJERES.


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