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LA MASCARA

No hay forma alguna de saber si el tipo con el que sales ahorita en unos seis meses será todo un patán. Influyen muchas cosas, su modo de vivir, su forma de tomar, si es mitómano… en fin, todo depende del cristal del que se mire.

Esta más que hablado y comprobado que todos vivimos detrás de una máscara, ya sea para agradar, para convivir o para soportar, el punto es que nadie es cien por ciento auténtico (Si mimosa, ni tú, que te sientes muy original pero te vistes como Katy Perry, bailas como Lady Gaga y cantas como la Tesorito, eres una mezcla interesante pero nada autentica.)

¿Por qué tenemos la necesidad de escondernos para no mostrar cómo somos? Si mostrará a la verdadera Marcela, ¿me quedaría sola? ¿Tenemos tanto miedo a la soledad que lo mejor es actuar toda la vida? Si lo hago bien ¿Me darán un Oscar?

Yo creo que si fuera Marcela (la original) todo el tiempo, me cae que si me quedo sola. Y no es por mala, sino porque me falta uno que otro tornillo.

Cuando las mujeres me conocen creen que soy mamona o grosera, cuando los hombres me conocen creen que soy muy chistosa, diferente, alivianada y los hago reír.

En cambio, mi familia, las personas que más me quieren en el mundo… no me soportan o me tienen miedo. Creen que soy bipolar, en un minuto lloro, en otras me rio, y luego… aviento vasos cuando me enojo. En fin, una mujer fina y elegante.

Hay momentos en los que me pregunto quién soy en realidad. No en un plano aquí viajado pseudo-intelectual, sino en un pedo de vieja, ¿Cómo puedo pedir que alguien me ame con todas mis cualidades y que me aguante mis defectos, si ni yo sé quién soy? Ya olvidemos que es lo que quiero en la vida: carrera, hombre, hijos… empecemos con lo básico.

¿QUIÉN CHINGADOS SOY?

Soy acapulqueña, así que soy costeña. Mmm… eso no ayuda ni madres a menos que mi destino sea vender cocos o mover la panza. Así que, de donde soy no me define de ninguna manera. Solo en lo mala hablada. ¡Gracias padres por hacerme una carretonera!

Soy alta, robusta, ojos verdes, pelo negro. Pero no me siento como me veo, siento que mi físico no macha con mi personalidad. Si mi físico fuera como mi personalidad, sería lacia, pelirroja, chaparrita y acinturada. Puede que chichona también, eso todavía no lo sé. Así que no, mi físico tampoco define quien soy.

Hablo cuatro idiomas.

Jajajaja, la neta no. Solo hablo español (y puras leperadas como lo dije hace un momento) y un poco de inglés. Estudié en puras escuelas “bien”, no tengo licenciatura como tal, pero tengo una placa del CEA que dice que soy actriz. No dice si soy buena o mala actriz, así que mi plaquita y mis estudios no definen quien soy.

A veces soy mala amiga, mala hija, mala compañera, mala hermana y mala novia. Pero eso tampoco me hace un ojete. Simplemente inconsciente en algunos momentos de mi vida.

Entonces ¿QUIÉN CHINGADOS SOY?

Me puse a pensar en mis antiguas relaciones, si fuera muy famosa y muriera de una sobredosis, saldrían hablando sobre mí en E! TRUE HOLLYWOOD STORY o DETRÁS DEL MITO (digamos que no fui tan famosa) ¿Qué es lo que realmente dirían? Mi curriculum vitae amoroso no hablaría muy bien de mí. Pero tener problemas con los hombres no me define como persona, más bien me hace mujer, como cualquier otra.

Mimosas, tengo un punto con todo esto, no crean que nomás ando diciéndoles cosas sin sentido.

Si no sé quién soy, ¿cómo puedo pedirle a un hombre me ame como me merezco?

Le pido a mi novio que sea romántico, que me dé un amor extraordinario, algo perfecto, que sea sensible, que sea tierno pero que a la vez sea macho, que no me cele, que confié en mí, que un día quiera que sea su esposa, que sea sensual en la cama, que sea caballero en la mesa, que me apoye, que me ayude, que me apapache, que me escuche, que me atienda, que me soporte, que no se enoje, que tolere mis pendejadas, que sea intenso, que no tanto, que me sea fiel, honesto, leal, sincero, que me haga reír, que no me haga llorar a menos que sea de felicidad, que no vea a otra vieja, que me compre cosas lindas, que se comunique conmigo, que siempre tenga viva la llama del amor, que me diga todos los días que soy la mujer de su vida, que le guste leer, que le guste tomar conmigo, que no sea un alcohólico… soy mujer, obviamente quiero cosas que no existen.

¿Y yo que le doy?

Y más importante aún ¿QUIÉN CHINGADOS SOY?

Si Marcela fuera mi amiga, si la viera como alguien objetiva, ¿Qué diría de ella?

Siempre decimos que nuestro pasado nos hace como somos ahora. He sido amada, traicionada, balconeada, zangoloteada, mangoneada, sabroseada… eso me hace… ¿mejor o peor persona?

Y, después de pasar un fin de semana con Mr. Darcy (vive ahora en la Riviera Nayarit) le pedí, exigí, reclamé, lloré… que me amara como yo me merezco. No es que me ame mal, todo lo contrario, pero yo quiero más.

Y me puse a pensar en las máscaras, si yo vivo fingiendo y exigiendo, pensando que me merezco lo mejor, que no dudo que así sea… ¿estoy segura que él tiene todo lo que quisiera de mí?

Porque el también quisiera una novia comprensiva, una novia que no diga groserías, una novia activa (no me refiero sexualmente activa, que también), una novia que le dé seguridad, que no hable tanto de sexo (glupsie), una novia paciente, amorosa, detallista…

Nada de eso le doy… y no lo veo exigiendo, no lo veo llorando, simplemente pidiendo.

Y todavía tengo el descaro de ofenderme, de hacerme la digna:

          Si quieres eso, pues búscate otra.

¿Por qué no me quito mi mascara? ¿Por qué no muestro a la Marcela linda? Por miedo a salir lastimada. Al fin y al cabo, para eso son nuestras máscaras, para que no nos lastimen ni hieran por la espalda.

Por cierto… ¿QUIÉN CHINGADOS SOY?

Si mi pasado me define y me da miedo amar, tal vez el este igual, y para pedir tienes que dar. ¿Y si él fue lastimado antes por su ex novia? ¿Y si lo traicionaron? ¿Y si lo que más necesita en el mundo, como cualquier ser humano, es ser amado?

Llegué a una conclusión, si yo no sé quién soy, y él no sabe quién es, pues entonces ¿cómo nos amamos?

Y ahí está, mis queridas mimosas, el secreto del amor, dos imperfectos deformes por dentro y por fuera dándose una mano, tratando de encontrarse. Si se acaba, dejar una hermosa huella… y si dura para siempre ¡que mejor!

Así que decidí dejar mis máscaras, la de costeña, la de mamona, la de la mala hablada, la bipolar, la graciosa, la open mind…

Lo amará Marcela… y si no le gusta se puede ir mucho a la fregada.

Es una broma, no muy chistosa, pero lo es, porque todos somos diferentes y nadie sabe quién es en realidad.

Pero lo único que tenemos en común es las ganas de amar y ser amados. ¿Si no, que necesidad de sufrir tanto?

 

NOTA: Si alguien sabe quién chingados soy favor de mandarme un inbox.

 

Marcela 3


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